lunes, 9 de mayo de 2016

MISERICORDIOSOS COMO M. CARMEN

Estamos en el Año de la Misericordia y a través de diferentes medios se nos han dado a conocer las Obras de Misericordia y se nos invita a practicarlas. Estas obras son un precioso "catálogo" de acciones que van acompañados de sentimientos y actitudes, que hacen efectivo y concreto el amor fraterno, distintivo de los cristianos.
Las obras de misericordia se han enumerado en catorce, pero no deben ser catorce, sino tantas cuantas miserias encontremos en el camino. No se trata sólo de HACER, sino de SER. No basta hacer obras de misericordia sino SER MISERICORDIOSOS y esto, no se mide con obras, aunque lo expresen. Uno siente la misericordia interiormente y necesita expresar exteriormente esa llamada que siente por dentro de atender las miserias que encuentra a su alrededor. Y la compasión que ha sentido le lleva a realizar una obra que llamamos de misericordia.
Algo de esto vivió una alumna de 4º de Secundaria del colegio de Pozoblanco, implicando a toda su clase una mañana. Seguramente alguno de los que nos estáis leyendo también habéis tenido alguna experiencia de misericordia, anímate a compartirla en nuestro blog y así, entre todos, nos iremos contagiando y conmoviendo ante las miserias de nuestro mundo.
Gracias 4º ESO Pozoblanco, por compartir con nosotros. Y gracias porque siempre hay gente "anónima", como la alumna que tomó la iniciativa, que sintió la llamada a hacer el bien al prójimo y a no darse importancia por ello.

Y TÚ, ¿QUÉ ELIGES?

Hoy es el último viernes de abril del 2016, un momento que ya no volverá a repetirse. Un momento único y puede que hayas tenido un pensamiento especial al sonar el despertador. ¿Qué te ha venido a la mente al levantarte esta mañana? ¿Cuál ha sido la primera palabra en la que has pensado? ¿Qué hambre tengo? ¿Tengo examen, ojalá y salga bien? O, ¿eres de los míos, que funciona con monosílabos hasta que llegas a clase y te encuentras con tus amigos? En cualquier caso, mi primer pensamiento de esta mañana ha sido GRACIAS. 
Recordaba como hacía unas semanas nos dimos cuenta de que había un hombre durmiendo en un portal mientras caminábamos hacia el colegio. Desde la ventana de la clase, nos preguntábamos qué podíamos hacer para alegrarle el día. Cuando la profesora llegó, propusimos bajar a dar de desayunar a ese hombre. Y reflexionando después sobre lo que habíamos llevado a cabo, nos acordamos de que éste era el año de la misericordia y que, sin quererlo, habíamos realizado una obra de misericordia sin esfuerzo.
Hoy comparto con vosotros la satisfacción de haber actuado como Madre Carmen nos impulsa a actuar cada día, haber seguido sus pasos y ayudado a alguien que lo necesitaba más que nosotros. Escuchamos su voz, y actuamos según lo que dictó nuestro corazón. Ella, desde el cielo, estará orgullosa de todos y cada uno de nosotros. Porque nos quiere un montón y solo desea que actuemos oyendo su voz, escuchando sus palabras, eligiendo nuestro camino. Y ahora yo te pregunto:

 Y tú, ¿qué eliges?
Hay cosas que no podemos controlar:
El lugar donde nacemos.
La familia en la que aparecemos.
Nuestro futuro
¿Qué nos lleva a intentar cambiar las cosas?
Una sonrisa, un deseo, quizás una palabra de aliento.
Cada día se descubre algo nuevo.
Hay que aprender a abrir los ojos, mirar y apreciar lo que poseemos, que no es poco, lo que pasa es que no valoramos hasta que no perdemos.
Me han enseñado una lección que se me ha quedado marcada, quizás, para siempre. Depende de ti seguir mi ejemplo:
*Cada cual elige en quién o en qué creer*
Hay dos maneras de afrontar los problemas de la vida, (la teoría de las dos CC):
CREER en ti mismo y tener esperanza porque, al fin y al cabo, eso es lo importante. No pierdas la ilusión que generan los sueños.
O CAER de repente y profundo, sin expectativa de levantarse y decir: "venga, conmigo todo, contra mí, nada". Derrumbarse es fácil, no hace falta luchar.
¿Suena muy fácil elegir la primera, verdad?
Pero, y ¿qué pasa si pierdo a mi familia? ¿Qué pasa si fallo donde otros lo consiguieron? ¿Qué pasa si mis amigos me dan la espalda? ¿Y si me siento solo? ¿Qué pasa si los sueños, sueños son? ¿Y si el ancla que me amarra, mi concha personal, donde los problemas se ven empequeñecidos, desaparece?
¿Qué solución tomar?
Si lo más importante desaparece, ¿por qué no cuestionarse si lo demás también?
Mira a tu alrededor, hay miles y millones de personas que, con sus sonrisas te incitan a que les respondas, con su mirada, te dan la fuerza y el apoyo que puedes necesitar, que con carcajadas, liberan de cargas a cuerpo y alma.
¿Ahora me crees? ¿Ves lo que yo veo?
Y sí, detrás de una sonrisa habrá un llanto, detrás de una mirada, un dolor profundo y detrás de una carcajada, un anhelo salvaje, pero, no estás solo, nunca lo has estado.
Sólo necesitabas abrir los ojos, a lo mejor aún lo necesitas.
¿Por qué no giras un poco la cabeza, abres el corazón y escuchas? Depende de ti el qué.
¿Quizás ruido y barullo, risas y alegrías, anécdotas y gracias?
O, por el contrario; ¿verás peleas por nada, voces que gritan y discuten, lloros que entristecen y amargan?
Y ahora, dime tú, ¿hoy es un nuevo día, o un día cualquiera?

1 comentario:

Anónimo dijo...

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