sábado, 28 de junio de 2008

UNA LLAMADA, UNA RESPUESTA...:¡SIEMPRE ADELANTE!

Miriam es una alumna concepcionista de Manzanares que, como algunos de vosotros, le ha tocado el momento de decir "adiós" a su querido colegio y prepararse para comenzar una nueva etapa de su vida. El día de su graduación compartió estas palabras con sus compañeros, profesores, religiosas y personal del centro. Unas palabras que brotan directamente del corazón y de las que se puede leer, entre líneas, el cariño con el que son escritas, fruto de unos años, sin duda, especiales e inolvidables.
Gracias, Miriam, porque verdaderamente se nota QUE HAS SIDO EDUCADA EN UNA CASA DE MARÍA INMACULADA. ¡Llévalo con orgullo y nunca olvides lo que en estos años has aprendido... todo eso que no se escribe en los libros y que se guarda en un lugar especial del corazón!


Llegado este momento, me he planteado como poder explicar nuestro paso por el colegio, el mío y el de todos mis compañeros, pero me ha costado encontrar palabras que pudieran describirlo, por eso, he decidido explicarlo con algo que para mi es muy importante, tanto como lo sois todos vosotros o como lo ha sido cada día pasado en este cole,…un simple escenario. Yo no me acuerdo del día del estreno de nuestra obra pero los espectadores que había en la primera fila me lo han contado… esos erais vosotros, nuestros padres, nuestros profesores, las religiosas… todos los que nos secasteis las lágrimas ese primer día, los que nos enseñasteis a movernos por este escenario, que nos resultaba extraño y que veíamos tan grande, nos daba miedo y sentíamos a la vez curiosidad. Los años fueron pasando y con ellos los días, cada día era una función diferente a la anterior, cada día aprendíamos algo nuevo, cada día nos enseñabais a vivir. Hemos presenciado momento inolvidables, escenas de fiesta, con luces, música, con muchísimos personajes intentando alegrar la función de ese día, y esos personajes habéis sido vosotros y os lo queremos agradecer, pero no sólo por esto sino porque también habéis aparecido cuando nos sentíamos solos, habéis sido luz en los oscuros, habéis sido palabras en los silencios o simplemente sonrisas cuando lo único que salía de nosotros eran lágrimas, nos habéis ayudado a levantarnos cuando nos caíamos, habéis estado a nuestro lado cuando nos sentíamos inseguros... Pero también nos acordamos de aquellos que pasaron y se fueron, de nuestros compañeros que por diferentes motivos ya actúan en otros escenarios y con los que hemos hablado, hemos aprendido, nos hemos divertido, hemos llorado, hemos reído o simplemente hemos convivido. Gracias a todos los que nos habéis ayudado a escribir este fantástico guión a base de palabras, canciones, bailes, exámenes, juegos, sonrisas, lágrimas, ejercicios, errores y aciertos, pero también os queremos pedir que no nos dejéis, que esto no se acaba, que nosotros seguiremos pero no aquí, ha llegado el momento de salir fuera y de intentar escribir cada uno su guión por separado, pero para eso necesitamos vuestra ayuda a pesar de que aparezcan nuevos personajes en nuestras vidas en el fondo siempre nos quedarán esos primeros pasos que nos ayudasteis a dar, enseñándonos el verdadero significado de palabras como amistad, respeto o esfuerzo. Todo esto van a ser simples recuerdos, pero si lo piensas eso es lo único que va quedando cuando pasa el tiempo, lo único que es de cada uno, lo único que siempre te ayudará a seguir. Muchas gracias por habernos dejado unos tan buenos.

Miriam Rodríguez Torres



martes, 10 de junio de 2008

UNA LLAMADA... UNA RESPUESTA.... AL MCM

Me llamo Iván Fulgueiras Carril, tengo 12 años y estudio 1º ESO. Llevo tres años perteneciendo al Movimiento Concepcionista Misionero del Colegio La Inmaculada, de Ponferrada (León).
Cuando me apunté al MCM, no sabía muy bien a lo que me apuntaba, pero como dice mi madre, ¡yo me apunto a un bombardeo!, y a esto yo no podía faltar. Me decían que iba a aprender “valores”, pero con diez años yo no sabía ni lo que era eso…
El primer día fue todo risas, aún me acuerdo, pero poco a poco me decían que me tenía que COMPROMETER, que no bastaba con ir sólo a escuchar o participar en el grupo.
Así fui aprendiendo poco a poco, lo que era eso de los valores y verdaderamente, tenía su recompensa ser miembro del MCM. Además de intentar ser buena persona y trabajar actitudes y todo eso, había algo mejor: Una Asamblea Concepcionista. El primer año que participé fue en Pozoblanco, Córdoba.
Os voy a contar un secreto: era la primera vez que salía de mi casa más de un día, sin mis padres… y os lo podéis imaginar. ¡Pobres compañeros y monitores que me tenían que consolar…!
Pero no hay mal que por bien no venga… Gracias a eso, me superé a mí mismo y no penséis que eso me arruinó el viaje, ¡que va!. Me lo pasé genial e hice un montón de amigos.
La segunda Asamblea fue en Segovia y ¡como se notó que iba creciendo por dentro! Me lo pasé mejor que en la otra y pude compartir un montón de experiencias con otros alumnos concepcionistas de España.
Este año participé en el Festival Vocacional de la Canción… fue muy especial y disfruté mucho, hubo momentos geniales y también conocí a mucha gente. Vimos un musical sobre la vida de M. Carmen Sallés y tuvimos una celebración en el oratorio del colegio de Princesa, que fue su despacho personal, y allí, en una urna de cristal, se conserva su cuerpo… al principio impresiona… pero cuando sales te quedas alucinado de haber visto a M. Carmen, la que fundó la congregación y todos nuestros colegios…
Y después de escribir este testimonio y contaros mi pequeña historia, también os quiero decir que quiero continuar muchos años en el MCM, que es una oportunidad única y se aprenden muchas cosas… Es verdad que a nosotros nos molan las excursiones y viajes, pero por dentro sabemos que lo que aprendemos en el grupo no nos lo van a enseñar en otro lado y nos ayuda a crecer como personas.

Así que ÁNIMO a los que no os habéis apuntado, el próximo curso es vuestra oportunidad… y GRACIAS a todos los monitores y responsables que nos ofrecen esta posibilidad de “trabajar nuestra tierra” y CRECER, SIEMPRE ADELANTE.

Iván Fulgueiras, Ponferrada