jueves, 10 de junio de 2010

LA ÚLTIMA CIMA

Pablo Domínguez fue una buena persona y un buen cura. Como tantísimos otros. Y ésta era ya de por sí una buena razón para hacer una película sobre él. Pero si además descubrimos que su estela está transformando a multitud de personas después de su muerte, la historia se antoja aún más interesante de contar. Eso es lo que pensó Juan Manuel Cotelo, director y productor de "La última cima". Lo último en cine alternativo: una película española sobre un cura bueno, argumento bastante inusual en estos días aciagos. Sorprendente, cuando menos. Sobre todo si tenemos en cuenta que, aún sin estrenar, ya se han interesado por ella más de 20 países, en sólo tres semanas ha habido 200.000 descargas del trailer desde la página web y multitud de personas anónimas de 80 países, sin haber visto la película, escriben preguntando sencillamente "¿qué puedo hacer yo para que se vea?"La conclusión quizá sea que hay una enorme necesidad de esta película. Algo debe tener. Fiel al estilo de su protagonista, "la película no es un discurso, dice Cotelo, son personas que hablan con el corazón, que cuentan de qué modo ha afectado a sus vidas el hecho de conocer a Pablo. Cómo escuchaba, cómo nunca hablaba de sí mismo o cómo brillaba su alegría en los momentos más difíciles; o con qué naturalidad amaba a Dios como Padre y amigo, siendo él un intelectual, un doctor en Teología y en Filosofía". Y ése es precisamente el objetivo de La última cima. "No es una película sólo para creyentes, sino para todo tipo de público", recomienda Cotelo; y él sabe por qué lo dice. "Es un ejemplo vivo y cercano de una fe que está al alcance de cualquiera. En definitiva, una historia de Amor". La última cima muestra la huella profunda que puede dejar un buen sacerdote en las personas con las que se cruza. Y que revela cómo, después de su muerte, Pablo sigue coronando cimas en las almas de miles de personas, conmovidas por el ejemplo de su vida, de su enorme fe, de su entrega a todos, de su alegría sin límites. Vivimos un tiempo en que los sacerdotes son tratados en el cine, en la televisión, en la prensa, como seres perversos o caricaturescos. Especialmente en España. Y son miles los sacerdotes generosos, alegres, serviciales, humildes… Sacerdotes anónimos que sirven a Dios, sirviendo a los demás. Ésos son los sacerdotes buenos de los que nadie habla, que son casi todos. Sacerdotes como Pablo Domínguez, que fue precisamente eso, un buen cura. Nada más. Y nada menos. ¡No podéis quedaros sin verla!!!

Para consultar fechas y salas pincha aquí: http://www.laultimacima.com/

domingo, 6 de junio de 2010

FIESTA DEL CORPUS CHRISTI

La celebración eucarística es una garantía de resurrección. Por eso, la Eucaristía es la celebración de la vida. La comunidad cristiana, que se congrega para comer la carne de Cristo y beber su sangre, debe dar señales de optimismo renovador y liberador; debe convertirse en un estímulo para todo proyecto que vaya a favor de la vida, de la libertad y del verdadero progreso total de la humanidad.
Jesús se hace presente en nosotros y nosotros nos hacemos presentes a Jesús a través de la comida fraternal del pan y del vino; a través de la puesta en común de nuestros bienes, nuestras personas, nuestros dones e indigencias. Todo esto debe significar la cena, el banquete eucarístico en el que nos sentamos todos a la misma mesa.

Hoy es un día muy grande. Celebramos la gran fiesta solemne y popular del Corpus, del Cuerpo de Cristo. Todo lo que hace referencia a Cristo, y a su presencia real en la Eucaristía es fundamental. Pero en este día quiere la Iglesia sacar el Señor a la calle, y que recorra nuestros pueblos, y bendiga nuestras casas, y rendirle el culto que se merece, no sólo en el templo, sino allí donde hacemos la vida normal, y en donde tantas veces se le ofende. No es la Procesión del Corpus una más para ver, sino la más importante para participar. Te animo a que acompañes a Jesús dando testimonio público de tu fe y de tu amor a El.