Agradecemos su testimonio y su colaboración en este voluntariado.
Cuando decidí ir al Campo de Trabajo en Sierra Elvira (Granada) tenía ganas de dar lo mejor de mí, de compartir, de vivir esta bonita experiencia con mis compañeras, M. Mercedes y M. Andrea. Realmente no sabía qué iba a pasar, pero decidí lanzarme a la aventura, lanzarme a aprovechar esta oportunidad que el Señor me brindaba.
En un entorno familiar, lleno de ilusión y alegría, nos pusimos manos a la obra. Por las mañanas clases de refuerzo a todos los niños de la Fundación Escuela de Solidaridad, que cada día que pasaba conseguían ir haciéndose hueco en nuestros corazones; para continuar con otras tareas en cocina, en el huerto, enseñando talleres… Por las tardes preparando las clases y los talleres del día siguiente, haciendo reflexión, hablando, riendo… Diez días de convivencia con personas estupendas.
El último día en la FES (Fundación Escuela de Solidaridad) lloras porque te das cuenta de que has ido a aportar allí tu granito de arena, que vas a darles tu ser, pero en realidad has recibido más de lo que has dado.
Aprendes a valorar todo lo que tienes por pequeño que sea. Comprendes que con el cariño, la paciencia y una sonrisa todo se consigue. Ahora sé lo que significa ser y sentirse Concepcionista, lo que es tener el Espíritu Concepcionista. Allí también he afianzado mi fe en el Señor.
Una experiencia que cambia la vida, ahora solo puedo dar GRACIAS y me parece poco para todo lo que he recibido a cambio.
Gracias a M. Andrea y a M. Mercedes por habernos acompañado, a mí y a mis compañeras en este camino, siempre con ilusión, cariño y alegría. Gracias a mis compañeras y a todas las personas de la FES por todo lo vivido y compartido. Y por supuesto gracias al Señor y a Madre Carmen porque esto es obra Suya.
Vicky haciendo bricolaje
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