domingo, 18 de noviembre de 2012

ECOS DE LA CANONIZACIÓN

Damos las gracias a Enrique, exalumno del colegio de Segovia, por compartir en nuestro blog su experiencia de la canonización.
Os seguimos animando a enviar vuestras experiencias. Podéis enviarlas de manera individual, en familia o en grupo... y no os olvidéis de adjuntarnos una foto.

Segovia, 19 de noviembre de 2012, 6:00 am suena el despertador algo más temprano de lo habitual. Mi madre, Mª Carmen, mi hermano Miguel, mi novia Marta y yo nos vamos a Roma, más concretamente a Ciudad del Vaticano. Nos espera un viaje para la Canonización de Madre Carmen Sallés.
Llegamos a Italia, el tiempo es cálido y casi veraniego. Basta con salir del metro en la parada de Ottaviano y caminar unos metros para encontrarse con el primer grupo de la Familia Concepcionista. Se nota que el fin de semana es especial: el domingo es día de canonizaciones y los turistas no tienen la apariencia habitual.

Como nos alojamos junto a San Pedro del Vaticano forzosamente tuvimos que pasar por la Plaza de San Pedro y... ¡Ahí estaba! ¡La imagen de Carmen Sallés en la fachada de la Basílica! En ese momento me di cuenta de lo realmente lejos que había llegado la labor de las Religiosas Concepcionistas y la Familia Concepcionista en su conjunto y de como mi madre, mi hermano, mi novia y yo íbamos a ser testigos de aquel momento.
Roma da para mucho y, aunque teníamos claro el objetivo del viaje, no íbamos a desaprovechar la oportunidad de recorrerla y conocerla un poco mejor: sus monumentos, edificios, museos, la pasta y la pizza en sus más extensas variedades y los helados italianos; así qué decidimos visitar la ciudad y empaparnos de su encanto y de su historia.
El sábado 20 -día previo a la canonización- la congregación Concepcionistas había programado una Vigilia de Oración. No disponíamos de un medio de transporte  para acercarnos, ni cabía la posibilidad de ir en metro o autobús urbano, por lo que no teníamos claro si acudir, pero aquella mañana visitamos la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos y ver que Carmen Sallés iba a ser proclamada santa en aquel precioso lugar con tanta historia, junto al sepulcro de San Pedro... ¡Había que empaparse del Espíritu Concepcionista!
Los grupos de colegios, venidos de todas partes iban llegando a aquel auditorio hasta llenarlo completamente con un gran júbilo. Conseguimos sitio para nosotros cuatro, más o menos en el centro de la sala; delante había unas butacas reservados: resulta que esos sitios estaban destinados a la familia brasileña de la niña sobre la que Madre Carmen obró el milagro que, entre sus muchos actos, sirvieron para hacerla Santa ¡Qué coincidencia! Tras una vigilia de oración y de canto nos recogimos porque a la mañana siguiente era la Canonización.
A pesar del madrugón, las colas para pasar a la Plaza de San Pedro eran inevitables, y es que se iban a canonizar a 7 santos y claro: nadie se lo quiere perder. No importa, esperamos pacientemente y tras algún que otro empujón conseguimos entrar y presenciar la ceremonia.
Imaginad esa inmensa Plaza de San Pedro del Vaticano, un soleado día de otoño, abarrotada como nunca yo antes había visto algo igual: los peregrinos íbamos alegres, no nos pesaba el cansancio porque teníamos muchas ganas de aquel momento. Solemnemente y en latín, seguimos la ceremonia, hasta el momento en que el Papa Benedicto XVI comienza a hablar en castellano y los aplausos de los amigos de Concepcionistas irrumpen por casi todos los rincones de la Plaza, el Papa comienza a hablar de Madre Carmen, de sus hijas las Religiosas Concepcionistas y de los valores que siempre les han acompañado. Yo mientras tanto veía a grupos de alumnos del colegio y me acordaba de esos años de mi infancia y mi adolescencia que había pasado por el colegio de Segovia y lo recordaba con cierta ternura.
Fue una experiencia única y enriquecedora, de esas experiencias que sabes que recordarás toda la vida, como también recuerdo mi paso por el Colegio de Concepcionistas en Segovia como alumno.

ENRIQUE PÉREZ SÁNCHEZ
Enrique, con su madre, su hermano y su novia.

No hay comentarios: