miércoles, 23 de octubre de 2013

VIGILIA DE ORACIÓN DE JÓVENES CONCEPCIONISTAS

El pasado día 20 de octubre, a las siete de la tarde, un grupo significativo de jóvenes se reunían en el colegio de Princesa para COMPARTIR Y ORAR. Muchos no se conocían, pero fue una experiencia importante y profunda que les ayudó a crear nuevos lazos dentro de la Familia Concepcionista.
Primero se reunieron en la sala de audiovisuales y, tras la presentación de cada uno de ellos, disfrutaron juntos de una sencilla merienda. Después se dirigieron al oratorio de M. Carmen Sallés para rezar juntos, participando en la Vigilia de oración, en torno a la Santa.
Con corazón agradecido y atento se vivió aquella hora intensa y feliz, en un clima sincero de oración y respeto. Hubo momentos muy emotivos, uno de ellos, el testimonio de uno de los jóvenes que participaba, Jorge Cuadrado, exalumno del colegio de Princesa.
Agradecemos su don, de saber transmitir con sencillez lo que ha vivido y lo que siente... Y también la generosidad de compartirlo.
Muchos de vosotros, al leer estas líneas, os sentiréis identificados... ¡Qué regalo tan grande haberse educado en una Casa de María Inmaculada!
Palabras de Jorge a M. Carmen en el aniversario de su canonización:
 
 
Realmente no sé por dónde empezar, porque hablar de algo que es tan grande para mí, como lo es, el ser concepcionista, no es sencillo, pues hay mucho que me gustaría decir y no sé si conseguiré tocar todo dentro de estas líneas.
Pero lo que sí tengo muy claro es por dónde acabar y es dándote gracias, Madre Carmen.
Gracias por todas las reuniones, marchas y monitores del Movimiento Concepcionista Misionero, con el que hemos ido y seguimos creciendo, aunque ahora ya como monitores, viendo cómo tenemos la oportunidad de despertar algo distinto en esos chicos: entusiasmo, ganas de comerse el mundo con sus sueños, luchar por ser ellos mismos, descubrir que ser libre es vivir desde dentro, desde el corazón. A esos chicos, que un día fuimos nosotros, podemos transmitirles lo que vimos y lo que pudimos aprender, para que así, algún día, sean ellos los que den testimonio con su vida.  
Gracias por el Centro Juvenil, por las tardes de los sábados y por esas pedazo de convivencias en Villaviciosa, con el que pudimos experimentar que la vida no es vida, sino se entrega en hacer felices a los otros, ya sea jugando con los pequeños del cole, como devolviendo a nuestros mayores, en nuestras visitas a las Rozas, una pequeña parte del cariño que una vez recibimos y seguimos recibiendo, pues con cada sonrisa, nos siguen dando el mayor de los regalos.
Gracias por el Grupo de Universitarios que nos sigue dando esos respiros y trayéndonos esa esencia, que una vez fuera tanto echamos de menos, y con el que seguimos aprendiendo que nuestra etapa como concepcionista no acaba cuando sales por la puerta del colegio, sino que es una manera de vivir y de entender la vida.
Pero sobre todo gracias, Madre Carmen, por creer y apostar por una formación basada en unos ideales de los que todos nos sentimos orgullosos, gracias por inspirar a tantas personas para que, atraídos por tu proyecto, hayan entregado y sigan entregando día a día, su vida por nosotros, los jóvenes, por darles fuerzas para que sigan creyendo y luchando, por lo que tú un día soñaste.
Gracias por todos los que escuchando tu llamada, nos ofrecen la oportunidad de vivir la vida de una forma distinta, de vivirla intensamente a cada instante, de vivirla caminando en familia, y viendo que el camino nunca lo hacemos solos.
Por eso hoy en el primer aniversario de tu canonización, los jóvenes nos queremos acercar un poquito más a ti, por tanto como nos has dado y sigues dando, para decirte: GRACIAS MADRE CARMEN.
JORGE, tocando la guitarra y cantando
 

martes, 15 de octubre de 2013

MEZCLA DE SABORES

El día del Pilar, el grupo de jóvenes concepcionistas universitarios, tuvimos nuestro primer encuentro en el colegio de San Lorenzo de El Escorial. Éramos 16 apasionados por iniciar un nuevo año como grupo de amigos, y a esta aventura se suman nuevos jóvenes como Gracia, María y Luis; porque caminar como grupo en la fe contagia y abre fronteras que nos hacen sentirnos jóvenes cristianos en la Iglesia. La riqueza de nuestro grupo es la fraternidad y unión entre los distintos colegios de los que procedemos: Madrid-Princesa y S.L. de El Escorial, pero con la puerta de la acogida siempre abierta.

Queremos compartir con todos vosotros lo que ayer vivíamos. Los de S. Lorenzo de El Escorial nos prepararon la merienda con bizcocho y galletas caseras, el reencuentro fue un estallido de alegría y la bienvenida de la comunidad y todo preparado nos hizo sentir como en casa. A lo largo del encuentro fuimos recorriendo juntos todos los momentos y experiencias compartidas el año pasado a través de fotos y que han sido Pilar y fuerza en nuestras jóvenes vidas; ¡fue emocionante volver a saborear los instantes que más nos marcaron a cada uno! Compartíamos a corazón descubierto, con la confianza de que entre nosotros nos vamos queriendo cada vez más tal y como somos, en el grupo podemos mostrarnos tal cual y sientes como todos los demás miman y escuchan como algo sagrado cada una de nuestras palabras. ¡Es especial! Nos dábamos cuenta como en sólo un año, Jesús se nos ha metido tan dentro de nuestras vidas que hemos necesitado volcar nuestro cielo de estrellas, nuestros sueños en pequeñas actividades solidarias cómo la visita a una guardería social, a un comedor social, a la residencia de la rozas, al campamento de Quillo en el que lo dimos todo como monitores… Al final, Nieves, había preparado un símbolo en el oratorio, unas pulseras con la medida de la Virgen del Pilar con un corazón en el medio, que nos recordará las palabras de Jesús: ¡amaos! Y al agarrar esa pulsera sentir la fuerza y el aliento de quien sabéis os ama con locura, Cristo. Durante unos minutos, en oración, nos dejamos querer por Jesús y al mirarnos entre los amigos del grupo, volvimos a sentir que Su fuerza está en nuestra unidad, y su sueño sigue siendo SER FAMILIA CONCEPCIONISTA y vivir el testimonio alegre de quienes somos, los jóvenes de quien S. Carmen Sallés sigue esperando y sueña… ¡embelleced el mundo con vuestras vidas!

                                                                                  Jóvenes Concepcionistas
 

viernes, 4 de octubre de 2013

COMPARTIMOS EN FAMILIA: EXPERIENCIA EN EL CAMF

Desde Santa Fe, nos llega esta bonita experiencia que una voluntaria del CAMF de Pozoblanco ha vivido este verano. ¡Gracias Lourdes! Rezamos para que lo que has recibido en esta experiencia lo sigas compartiendo y también para que Dios te ayude a mantener viva la llama que encendió en tu corazón. ¡No dejes que se apague!

Antes de vivir lo que creo que es la mejor experiencia de mi vida, me consideraba creyente, aunque no muy practicante, ahora estoy convencida de que sí lo soy y cada día estoy más orgullosa de ello.
Como alguien a quien admiro y respeto muchísimo me dijo en una ocasión, antes de intentar compartir con ustedes mi experiencia, le pido a Él que me dé luz para que yo sea capaz de transmitir un poco de lo muchísimo que he recibido.

Cuando me propusieron pasar unos días en el CAMF pasé de la sorpresa a la incertidumbre y luego al miedo. Sorpresa porque no esperas que te lo propongan. Incertidumbre de no saber si podrás o si en realidad quieres hacerlo y por último el miedo a lo que no conoces y sobre todo a no saber enfrentarte y reaccionar como la gente espera de ti.
Pues bien, decides hacerlo, llega la hora de la verdad y te pones en camino hasta tu destino. Primero el colegio donde vas a convivir con dieciséis personas a las que no conoces y además son más jóvenes que tú, junto con las religiosas que creen y confían en ti, sin aún conocerte y que durante esos días cuidarán para que tu estancia sea lo más agradable posible. Para mi sorpresa  al llegar me  encuentro con que esos  jóvenes son maravillosos y hacen  esos primeros momentos ya especiales.
Ya de camino al centro, reconozco que me invadió el miedo, ese camino se hizo cortísimo, no quería llegar  e incluso llegué a pensar que lo mejor que me podría pasar era que me encontrara indispuesta y al menos retrasarlo un día más, “eso que nos pasa a todos cuando no queremos enfrentarnos a algo que es inevitable hacer y que nos produce miedo“. Gracias a Dios, no me paso nada de eso y llegamos al centro, mis compañeros nos decían a los novatos “que no nos preocupáramos que todo iría bien “;   esa gente que con tantas ganas nos esperaban y a quienes tenía tanto miedo, te das cuenta que son personas como tú, no, son mejor que tú, amables, sencillos, agradecidos, alegres, geniales, quizás la palabra que mejor los defina sea GRANDES.
Cuando estás con ellos te das cuenta que cada día nos complicamos la vida con memeces que nos  hacen no disfrutarla y que sólo pensamos en nosotros mismos provocando problemas donde en realidad no los hay, te enseñan que cada día que amanece es sencillamente genial y que hay que aceptar la vida como te venga para saber vivirla con dignidad, valentía y lo mejor que puedas. Ellos me han enseñado que cada día que amanece es una oportunidad para olvidarnos de nosotros mismos y pensar en el que tenemos a nuestro lado, en otras palabras me han enseñado a dignificar la vida.
Todos a lo largo de nuestra vida tenemos varios antes y varios después, yo desde mi experiencia en el CAMF tengo un solo antes y un solo después, del antes no voy a hablar, pero del después sí, porque creo que este después me ha hecho una persona distinta, y que cada día me gusta más como es este nuevo yo.
Siempre piensas que cuando vas a ayudar a alguien, ese alguien te lo debe agradecer,  pero estaba equivocada, nunca me imaginé que alguien a quien tú ayudas te pueda dar  tanto, sin pedirte nada a cambio, tan solo tu amistad y cariño, una sonrisa, un gesto, un mirada, una palmada en la espalda,  unos “buenos días”, un “¿cómo estás?”, unas  “buenas noches”…….
Te llenan de paz, esa Paz interior que se va impregnando con la Palabra de Dios y con las miradas de cada uno de los Residentes.

Sólo me resta decir que el mayor agradecimiento es el que se comparte con las personas a las que se quiere. Gracias a todas las personas que he conocido y que tanto me han dado, donde llegué con una mochila y muchos reparos, hoy vengo con las manos y una mochila llena de cariño, esperanza, superación, respeto, admiración, ganas de vivir y de compartir.

 A TODA LA FAMILIA CONCEPCIONISTA: Gracias a cada uno de vosotros porque me habéis llenado de esperanza, de ilusión  y de gratitud…..
Gracias por compartir conmigo la Palabra de Dios, enseñarme a ver su mensaje,  vuestros testimonios de fe son y serán desde hoy un aliciente en mi vida.
Gracias por contar conmigo y por darme la oportunidad de ser uno más entre vosotros

MADRE CARMEN, gracias por confiar en mí.
MADRE MARIA, gracias por ponerme en Su camino y enseñarme cómo andar por él.

Lourdes Molino, Santa Fe.
 
 
Lourdes con una de las residentes del CAMF