domingo, 5 de enero de 2014

EPIFANÍA DEL SEÑOR

Celebramos la fiesta de la Epifanía y queremos anunciarla con esta bonita canción, cuyo título original es "We three Kings of Orient are". Os ponemos la traducción en español debajo del vídeo.
Que los Reyes Magos de Oriente nos ayuden a adentraros en el Misterio que hemos contemplado esta Navidad. Que ellos nos guíen para poder ver más allá de las cosas materiales y a descubrir todos los regalos que tenemos a nuestro alrededor y que nos pasan inadvertidos.
¡FELIZ NOCHE DE REYES!

 
 “DEL ORIENTE SOMOS LOS TRES”

Del Oriente somos los tres, Cabalgamos hasta Belén, Que
ha nacido el prometido, Príncipe de Israel.

¡Oh, astro de sublime ardor, de divino resplandor!
Nuncio bello, tus destellos nos guiarán por su fulgor.

Oro traigo para el rey que ha nacido aquí en Belén,
Rey excelso, rey eterno, del mundo sumo bien.

Del lucero vamos en pos, Nos conduce al Hijo de Dios;
Yo le ofrezco grato incienso, Le rindo adoración.

Ha venido al mundo la luz, Mirra yo le ofrezco a Jesús,
Mirra pura, amargura, símbolo de la cruz.

Rey supremo, Dios Salvador, Cielo y tierra te dan loor:
¡Aleluya! ¡Aleluya! Cantemos con fervor.

Así como estos sabios, Dios también nos guió a Jesús,
que es la única esperanza del mundo.
En Jesús tenemos un guía que nos llevará con seguridad
de esta vida a los cielos.
Jesús es nuestra esperanza. Nosotros tenemos perdón
y paz en Cristo. El nos asegura la vida eterna.

Con tal esperanza en nuestros corazones, tenemos un
fundamente seguro y podemos decir con todos los cristianos:

¡Fundamento inamovible! ¡Roca firme y segura!
¡Infalible e inmutable! ¿Quién la podrá cambiar?
Mi futuro está seguro y prosigo sin cesar por el camino recto
que al cielo me ha de llevar.

Jesús es la promesa de un futuro bendito.
Como hijos de Dios podemos esperar confiados
las hermosas promesas celestiales.

Es esto lo que tenemos en la mira cuando decimos que
Jesús es nuestra esperanza.

La presencia de Jesús ilumina toda nuestra vida.
Su promesa nos mantiene firmes en esta esperanza.

Sí, me ilumina a mí y a ti. Es por ello que todos juntos
podemos esperar confiados el futuro y exclamar alegres:
¡Oh, bendecido futuro! ¡Oh, bendecida esperanza!
Qué bendición es  saber que Jesús nos vino a redimir.

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